Más de una vez hemos escuchado decir que una madre es capaz de todo por sus hijos. Incluso, de dar la vida por ellos, y en esta afirmación no hay un ápice de mentira. La historia de una mujer cuyo nombre es Rowenna, cuenta que poco tiempo después de dar a luz a su hijo Freddie comenzó a enfermar de fuertes dolores estomacales. El padecimiento se le volvía crónico y los dolores cada día eran peores. Rowenna visitó entonces al médico y tras una serie de exámenes descubrió que padecía cáncer intestinal, lo que la llevó a reflexionar acerca del futuro de su hijo, sin ella. Decidió practicarse cuanto tratamiento y cirugía le exigiera la enfermedad, con el fin de prolongar su periodo de tiempo en la vida de su esposo e hijo. Cuando las cosas parecían peores y sentía que su vida iba en detrimento, empezó a planificar una vida para su hijo, en la que ella estuviera presente aunque hubiese muerto Una madre tanto como un padre son capaces de dar lo mejor de sí para el bienestar de sus hijos. Pensando en la situación de Rowenna, esta admirable mujer, y en el amor inconmensurable hacia su hijo y su esposo, debo decir que es urgente que cada uno piense en el DÍA DE HOY COMO SI FUERA EL ÚLTIMO QUE PASA EN COMPAÑÍA DE SUS SERES AMADOS. Por más dinero que algún día podamos llegar a tener, jamás será posible comprar un segundo más de vida, y por eso hay que vivir al máximo cada segundo de la existencia; no importan las circunstancias o lo que se pueda sufrir. Por eso, aquí dejo una serie de pautas que tú puedes aplicar a tu vida con el fin de sacarle el máximo provecho posible, en compañía de quienes amas
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